Nº 48: Lo neutro
ISSN: 2007-2791
203 páginas
$ 400.00 MXN

Paquete: Revista Nº 48 + TEXTOS
Precio especial: $ 600.00 MXN

Noticia editorial

Lo neutro es con frecuencia confundido con una neutralidad que, muy comúnmente, termina siendo calificada de benevolente si no es que, incluso, de indiferente. Al no dejarse asir mediante términos que provengan del vocabulario del lenguaje común, lo neutro exaspera a quien, inscrito en la tradición del cartesianismo, quisiera aprehenderlo por la vía de un concepto claro y distinto. Lo neutro, que no cesa de no decirse, escapa así a cualquier recurso lingüístico o racional y francamente elude todo tipo de aprehensión.

Entonces, ¿cómo dar cuenta de ello? Precisamente, los textos aquí reunidos buscan explorar algunas de las muchas figuras de lo neutro, de manera que no pretenden atraparlo sino tantearlo, aproximarse a ello salvaguardando una distancia infranqueable. 

Así, lo neutro se pone de manifiesto en una vitalidad que no proviene ni del yo ni de la conciencia, sino de una fuerza impersonal, un estado de cosas que no depende de persona alguna y cuya potencia es siempre erógena. También hay neutro cuando acaece el instante oportuno —lo que los griegos llamaban kairós— el cual no se deja medir ni predecir, menos aún repetir. Pero lo neutro, además, se presenta en lo inaprensible de la muerte, en lo desconocido (das Unerkannte) del inconsciente freudiano, así como en el sinsentido que opera como lugar entre dos escrituras en el ejercicio de transliteración. En última instancia, el reconocimiento de esta variedad de lugares donde lo neutro se manifiesta hicieron necesario trazar una posible cartografía de lo neutro, ante la cual cada quien sabrá como dejarse orientar —o desorientar— por ella. 

Asimismo, una nueva sección viene a incorporarse a las páginas de me cayó el veinte, a raíz de una actividad que desde hace algunos años ha venido teniendo lugar en la ciudad de Montevideo: Callecitas de La Interzona. Se trata de una apuesta lanzada en el cruce del ejercicio analítico con otros discursos, así como intervenciones que ocurren en el ágora contemporánea. En esta ocasión, los textos reunidos giran en torno al libro La regla de tres foucaultiana de Guy Le Gaufey.1 Finalmente, el número se cierra con tres lecturas de publicaciones recientes.

Este nuevo número se acompaña de la publicación de Salir de casa de la escritora Luba Jurgenson, en nuestra colección TEXTOS DE me cayó el veinte. Una reflexión acerca del entrecruce de dos ejercicios, el de la traducción y el de la escritura, así como de un desplazamiento subjetivo implicado por ese desarraigo fundacional —en palabras de su autora— que va del ruso, como lengua materna, al francés, su lengua adoptiva. 

También queremos agradecer a Rodrigo Suárez por permitirnos contar con su obra “Otros yo” (tinta sobre papel, 40×50 cm, 2022) para que ilustre la portada de este número. 

Last but not least, los actuales integrantes del comité de redacción queremos hacer un anuncio: con este número 48, la revista me cayó el veinte ha llegado al final de una época. Lo cual no significa que la moneda que fue echada al aire hace más de veinticinco años haya caído, sino que otra apuesta habrá de dar inicio a partir de ahora. 

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