Nº 7 ¿A quién se le ocurrió esta cancioncita?
ISSN: 2007-2791
Páginas: 265
Precio: $ 300.00 MXN
Noticia editorial
Prima la musica e poi le parole? ¿O será al revés? Es una cuestión que ha perseguido a los músicos desde siempre. Hay una obra de Salieri que así se titula, y la ópera Capriccio de Richard Strauss trata específicamente de ese problema: un escritor y un compositor —piccinista el primero y, por lo tanto, defensor de las palabras; gluckista el segundo, favorecedor de la música— que trabajan al servicio de una noble dama y compiten por su amor; ella deberá decidir a quién elige. En el primer acto de la ópera Ariadna en Naxos, del propio Strauss, un compositor y un poeta debaten sobre la importancia de cada uno.
Si para los músicos esta discusión ha sido capital, para los interesados en el psicoanálisis también lo es cuando el tema de que se trata son las relaciones entre lo sonoro, la doctrina y la práctica psicoanalítica.
Por estas épocas se oye en una estación de radio, en México, un anuncio que invita a escuchar un programa de análisis musical con la siguiente sugerente invitación: “Hay algo mejor que escuchar música: hablar de ella y escuchar lo que se dice”. Lo que nos parece un absoluto despropósito: nada puede sustituir a la experiencia de escuchar música. Se podrá reflexionar sobre ello, si se quiere; escribir sobre música y sus variaciones; dictar conferencias y atenderlas, leer sesudas notas al respecto, etc., pero nada, absolutamente nada suple la inigualable experiencia de escuchar sonidos intencionados.
Por ese motivo y para mantener cierta congruencia, me cayó el veinte ha editado junto con este número de la revista —además del habitual TEXTOS de… que lo acompaña— un disco compacto: AFINIDADES SECRETAS, música de cámara de Mario Lavista, que incluye cuatro obras: Marsias, Simurg, Reflejos de la noche y Lamento a la muerte de Raúl Lavista. Las dos primeras y la última fueron escuchadas durante el seminario de la école lacanienne de psychanalyse, ¿Y si Freud se hubiera encontrado con Arnold Schoenberg?, dictado por François Dachet y organizado por la revista misma, que se llevó a cabo los días 8, 9 y 10 de noviembre pasado en la Sala Chopin de la Ciudad de México. Agradecemos desde aquí al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” y al Instituto Nacional de Bellas Artes, así como a los intérpretes de estas obras, Marielena Arizpe, Roberto Kolb, Alberto Cruzprieto, y el Cuarteto Latinoamericano: Saúl Bitrán, Aarón Bitrán, Javier Montiel y Álvaro Bitrán, la cesión de derechos para hacer posible este primer DISCO de me cayó el veinte. Será necesario agradecer de nuevo a Mario Lavista el aporte que hizo en el seminario y su desinteresado entusiasmo para que este disco fuera posible. Igualmente, con gusto agradecemos a Eugenio Leal Ayala el dedicado interés y la diligencia con la que realizó la masterización digital del disco compacto.
El propio Dachet inaugura ¿A quién se le ocurrió esta cancioncita?, con un trabajo titulado: Un formidable calderón, en el que profundiza las relaciones entre lo sonoro y la enseñanza lacaniana, sacando el problema del consabido trato que hasta la fecha se le ha dado de que la respuesta a estas y otras cuestiones están ya, o no, en Freud. El trabajo de Dachet es una composición armoniosa de su lectura de Lacan, y de otros, que toca el problema de la materialidad significante en psicoanálisis.
Pola Mejía Reiss nos ha entregado un texto riquísimo en resonancias, que es una elaboración surgida de la presentación que hizo al interior de la escuela solamente, dentro de una actividad que se llevó a cabo en 1996: La opéra colloque llega a México, y en el que establece un puente vigoroso entre un músico contemporáneo, Karlheinz Stockhausen, Freud y Lacan, para pasar a la lectura de un fragmento del Diario del gran bailarín ruso Vaslav Nijinsky.
Entre la bibliografía del seminario realizado en México, Dachet recomendaba muy especialmente, la lectura de un texto de un psicoanalista inglés que hace una contribución diferente a lo que comúnmente se lee en textos de discípulos de Freud sobre el tema. Agradecemos al propio Darian Leader los derechos gentiles para la publicación en español de este valioso ensayo.
Junto con Dachet, François Nicolas sostiene desde hace algún tiempo en el IRCAM —el instituto de investigación de música contemporánea fundado por Pierre Boulez— en el Centro Georges Pompidou de París, el seminario Musique| psychanalyse. Nicolas es compositor y musicólogo, autor, entre otras obras, de un libro sobre Arnold Schoenberg, La singularité Schoenberg, editado por el propio IRCAM y L’Harmattan. Nos ha proporcionado un texto muy interesante sobre lo que él considera son las posibilidades de un acercamiento a la música pensada no como oposición o conjunción excluyente (vg. música y psicoanálisis, como se ha hecho tantas y tantas veces con otras disciplinas), sino como una conjunción incluyente: ¿Cómo puede la música pensar con el psicoanálisis?, se titula el aporte de este musicien pensif, como él mismo se declara.
Al igual que Pola Mejía Reiss, Rodolfo Marcos-Turnbull presentó un trabajo en La opéra colloque llega a México. Aquel trabajo, reelaborado para esta ocasión, se publica aquí por primera vez.
Elena Rangel Hinojosa establece un diálogo con Dachet acerca de los lazos de los Graf —Max y el célebre «Juanito»: Herbert— con el psicoanálisis en la época de Feud, resaltando la importancia de la música de Wagner y sus relaciones con Nietzche.
Si algún texto de los que se publican en me cayó el veinte tuviera el interés de la actualidad alguna vez, éste sería el trabajo de Mario Betteo sobre la pieza de Arnold Schoenberg: Un sobreviviente de Varsovia, en el que nos introduce a esos tres planos que «se distinguen en la medida en que Schoenberg compone en tres lenguas distintas». La reciente proyección en las salas de México de la película de Roman Polanski, El pianista, pareciera haberse hecho ex profeso para la ocasión. El texto que acompaña la obra musical, escrito por el propio Schoenberg, sintetiza en muy pocas palabras el argumento de la película. Quizá es de extrañar que en ésta no hubiera alguna alusión al gran compositor judío (por elección) sobre su visión de las cosas. Agradecemos también a Boelke-Bomart Inc., tenedor de los derechos, el permiso para dejarnos reproducir, por primera vez en español, el texto de Schoenberg. La cita del Deuteronomio está tomada de la versión publicada en la Biblia de Jerusalén, Ed. Porrúa, México.
Cercano a estas ideas, el trabajo de Ricardo Marcos González aunque está ubicado en otra sección nos aproxima a una visión del mundo religioso de Schoenberg que quizá puede dar cuenta de varias obras de este compositor universal, entre otras, la propia Un sobreviviente de Varsovia. Marcos González es psicólogo y musicólogo.
A partir de una lectura cuidadosa de Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca de Jean Allouch, Juana Inés Ayala ha desarrollado un trabajo de lectura de otra obra de Pascal Quignard: Todas las mañanas del mundo. La perspectiva de Ayala se acerca más a la función erótica del duelo pero sin menospreciar —todo lo contrario— la función erótica-erotizante de la ejecución musical. La música intenta suplir, en esta perspectiva e infructuosamente desde luego, la pérdida del objeto.
Jorge Huerta continúa su trabajo —una de cuyas partes ha sido publicada ya en números anteriores— sobre la suerte de los libertinos, especialmente los de la novela Las relaciones peligrosas, pero ahora bajo otra vertiente: a partir de una pregunta, sobre otros posibles finales de la novela, que Quignard se hace en su libro La Haine de la Musique [El odio a la música] que, esperamos, sea pronto traducido al español. Este libro tan importante es también frecuentado por otros colaboradores en este número.
Dentro de la sección que hemos titulado Otras resonancias, además del artículo de Ricardo Marcos González ya comentado, publicamos una nueva colaboración de Julio Hubard. En esta ocasión se trata de una reflexión a partir de un señalamiento que Danielle Arnoux hace tanto en su libro Camille Claudel El irónico sacrificio, como en su ensayo: La trilogía de los Coûfontaine. El amante sacrificado, la mujer crucificada, incluido en el número anterior de nuestra revista: Dos Claudel de variados rostros. Es interesante notar cómo, a partir de una frase aparentemente banal de Lacan citada por Arnoux, Hubard puede no solamente plantearse una cuestión aferente al texto mismo, sino encontrar una relación con el tema que nos atañe. Y cómo —agregamos nosotros— la lectura se vuelve una cuestión de oído.
El compositor y musicólogo Hernán Palma y Meza Espinoza nos ofrece una visión particular de la música del maestro Mario Lavista. En un número sobre el tema, y con la edición de un disco con obras del compositor mexicano, resultaba imprescindible un trabajo sobre las percepciones de esta música en otro compositor, y sobre la importancia del propio Lavista en el quehacer musical contemporáneo de México.
Raúl Falcó, nuestro antiguo colaborador y actualmente director de la Ópera de Bellas Artes, nos entrega un cuento inédito —muy al estilo de su maestro Pascal Quignard, es decir, como un pequeño tratado— sobre sus vínculos con la flauta. Es la visión de un músico acerca de sus relaciones con el instrumento musical y lo que éste le significa.
En nuestra sección Documentos incluimos cuatro textos: tres de Arnold Schoenberg (entre los que se encuentra Un sobreviviente de Varsovia, ya mencionado) que nos ayudan a comprender, aunque sea someramente, su manera de pensar la música, y uno más de Max Graf sobre el papel preponderante del propio Schoenberg en el mundo musical de Viena, una de las ciudades más importantes para la música en la época a la que se refiere. Agradecemos a Belmont Music Publishers la amable autorización para la reproducción de los artículos de Schoenberg.
Como parte del espíritu que nos anima en la fabricación de la revista, resalta la discusión de los textos que proponemos; así, en la sección Debate, Marcelo Pasternac comenta y discute algunos puntos específicos, de manera muy acuciosa, del texto de Jorge Baños Orellana: El Joyce de Lacan, que publicamos en la misma sección en el número anterior. Es nuestra intención que este intercambio de ideas sea más bien una norma que una aportación esporádica. En esa misma línea, publicamos en Cartas a la redacción una de Jesús Martínez Malo en la que, brevemente, aclara ciertas confusiones actualmente difundidas por Jorge Volpi alrededor de la enseñanza de Lacan.
Si bien estamos muy jubilosos por la aparición del primer DISCO DE , no lo estamos menos por el TEXTOS DE que acompaña, en esta ocasión, la emisión del número. Se trata de una obra de capital importancia: la edición, por primera vez en español, de otro cuento de Junichiro Tanizaki de quien publicamos Dos miradas malévolas acompañando a nuestro número 5. La cuidadosa traducción del inglés de Antonio Montes de Oca de El club de los gourmets, seguramente deparará, como lo hicieron los dos cuentos publicados anteriormente, grandes sorpresas al lector. Solamente aspiramos a que estas modestas introducciones a la obra del gran maestro japonés, sirvan para un mayor conocimiento de esa literatura, tan rica y tan poco frecuentada en nuestro idioma.
Las ilustraciones de portada y contraportada en este número, obedecen al arte de Toni Kuhn. Dos fotografías —Esperando la música y Perforaciones de luz— nos permiten acercarnos a lo dicho por Rolf Niederhauser: “Todas las fotografías de Toni Kuhn son otros sueños, sueños que la realidad sueña a nuestras espaldas”. Nuestro agradecimiento para él por su gentil contribución. Queremos agradecer también al crítico musical Luis Pérez sus valiosas orientaciones que hicieron posible la fabricación del número y del disco compacto.
Feliz lectura y feliz audición musical.
México, primavera de 2003.
P.D. C.D. Gustav Mahler, «Wer hat dies Liedlein erdacht?», Des Knaben Wunderhom [1968], Elisabeth Schwarzkopf, Dietrich Fischer-Dieskau, George Szell, London Symphony Orchestra, Emi Records, 2000.